“Pido gancho, el que me toca es un chancho”, gritó una compañera del primario, durante el recreo.
“Oink, oink” le respondió un amigo mientras le enterraba la mano de una manera casi grotesca.
Es que la primaria está llena de esos momentos en que no sabemos muy bien el límite entre lo correcto y lo recto y lo cto y lo o… por ir sacando algunas letras.
No me voy a poner ahora a sacar los trapitos al sol, porque está nublado, así que cuando se vaya nublado (que es flor de pesado), les saco los trapitos.
Hace tanto que no venía por acá, que hasta me olvidé la dirección, así que me tomé un taxi… “Me lleva hasta mi blog, jefe?”
Me miró bastante mal, era vizco.
Cuando me pudo enfocar me dijo… “Ah! Ahora que te veo la cara, entiendo la pelotudez que acabás de decir”
Cruzamos miradas, je, y me bajé sin responderle ninguna guarangada. Eso me dejó orgulloso de la capacidad mental de autocontrol que voy adquiriendo en estos últimos tiempos.
Re crecí, vieron?
No sé como, pero sin la ayuda del Franco Bagnatto de los blogs encontré igual la forma de volver al mío.
Es como volver a una casa deshabitada mucho tiempo en la que los mensajes de los lectores traban la puerta al abrirla de la inmensa cantidad que han llegado.
Igual.
Pero sin los mensajes, por aquí no ha pasado nadie.
“No te pongas triste”, me dije. Mejor ponete Jorge que te queda mejor.
Al final de cuentas, siempre va el resultado, pero para que haya un resultado, tiene que haber una operación, pero para que haya una operación, tiene que haber un malestar, pero para identificar un malestar tiene que haber un bienestar previo, y para que haya un bienestar previo hace falta… de qué estaba hablando?
Me re pierdo, es que esto de no ejercitar el poder de pelotudeo hace mucho, me sacó la práctica.
El training, diría un cheto.
Pero con todos los accidentes de trenes que hay hoy en día, prefiero no usar ese término.
El antónimo de término es comienzimo?
La lengua castellana es muy rara, tiene llagas, glándulas, venas y esas cosas, todo a la castellana, debe llevar mariscos, o verduras… todas cosas que no me gustan.
Pero no quiero perder el hilo de lo que vine a contar, así que me lo até en la punta del dedo.
O sea.
Me acuerdo que no me tenía que perder el hilo.
El hilo lo tengo, y me tenía que hacer recordar que tenía que contarles algo.
Pero no me acuerdo qué.
Así que el hilo no me sirvió para un carajo.
Me voy justo después de volver.
Chau.
PD: Alguien pasa por aquí aún?
3 comentarios:
Si, yo, siempre firme. Viste que ahora Pettinato esta re gaga e invita bloggers a su programa, hasta ahora todos conocidos, osea, que he leido sus blogs. Cada vez que invita a alguno digo "pero a este pelotudo invitaron? pero si tiene un blog re pedorro, porque no invitan al bolas tristes de "Delirios" que es un capo. O por lo menos que me inviten a mi, que se yo.
Se te extrañaba gil.
NOO!!! Me hiciste acordar que mi madre antes de irme me dijo: Olivia, fijate que en la cartera hay un hilo para que te llevés y ates (una cosa rara para bajar limones de la planta)" Y ME LO OLVIDE!!!
Obvio que pasamos...pero si no atualisas vite'! (la horrografía es a porpósito!)
Saludinhos!
Ustedes dos son maas fieles que mi vieja!!!
JAJAJAJA.
Onírica: Petti no pasa por acá, se queda en giladas, no viene a los blogs profundos como el tuyo o elo mío!
Oli!: los hilitos son siempre útiles, no lo olvides!!!
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