OTROS HIJOS TONTOS

miércoles, 22 de diciembre de 2010

CdeP (HdeP)...

Hace un tiempo tuve un problema de rodilla, me operaron y bla bla bla bla.

Cuando estás en cama, sin poder caminar con normalidad, no tenés muchas alternativas mas allá de comer, dormir, mirar pornografía de ancianos con animales con malformaciones, o jugar a la play.

Los animales con malformaciones me dan asco…

En realidad los ancianos también desde que la abuela vive con nosotros, así que me incliné a todas las otras.

Eso me llevó a ser un rengo gordito.

Eso me llevó a una nutricionista, para adaptar mis hábitos de ingesta a mis hábitos de comportamiento.

Llego y lo primero que noto es un espejo que te hace así de gordo. Hay que ser forro.

Porque si vos vas a ese lugar, es porque ya sabés que estás gordo, no hace falta que te hagan ver realmente estropeado.

Es como el laberinto de espejos mágicos, pero creado por un déspota hijo de puta.

La secretaria flaca, flaca, flaca, con un cuadernito en el que escribía una y otra vez, “era más feliz como cajera de burger king, porque por lo menos podía comer tranquila”.

- “Hola, soy Jorge, vengo por el turno”

- “Bienvenido, la doctora ya te va a atender”

- “Ah, es doctora?”

- “Claro, nutricionista”

Dejemos en claro algo, el nutricionista es a la medicina lo que un mecánico a la ingeniería.

- “Van a ser $90 la consulta”

- “Todo sea por mi rodilla. Me podrías hacer una factura?”

- “Noooooo, acá hacemos ticket porque ni siquiera nombramos cosas con harina”

- “Bueno, un comprobante, flaca”

- “No me digas “flaca” porque esas son categorizaciones que te tenés que ir sacando de la cabeza. Lo de flaco o gordo es cuestión de qué tan bien te sientas vos”.

- “Perfecto, te agradezco el consejo”

- “Por nada, un consejo y una ayuda en la lucha contra los putos carbohidratos no se le niegan a nadie”

- “Hace calor aquí, podrías prender un ventilador?”

- “No puedo, la última vez que lo prendimos se golpeó la doctora”

- “Lo habrán puesto en el medio del paso y se lo habrá chocado por distraída…”

- “No, la agarró el viento de espalda y la estampó contra la pared”

No hice caso a tamaña (que no es el demonio de los luni túns) exageración, me parecía algo descabellado (con poco pelo) que la secretaria se mofara (vaya término que aprendí en todo este tiempo) de su jefa ocasional, pero me quedé callado y esperé.

De repente, se oye un ruido, y una sábana difusa, con una cabellera negra y la boca del tamaño de todo su cuello flotaba en el pasillo.

- “Un fantasma y lareputisimamadrequeloreparió!!!”

- “Señor, no hable así de la doctora”

Rayos, Centellas, Marielas y Benjamines…

La tipa era flaca posta.

Era como ponerle un guardapolvo a una manguera achicharrada por el calor del verano puneño boliviano.

Mañana les cuento de la consulta.

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