OTROS HIJOS TONTOS

viernes, 14 de marzo de 2008

Un regreso sin el tomate ni divina... (Pena y gloria)

Che!... Miren quien volvió!

Si, yo. No se entusiasmen tanto que no es nada bueno lo que traigo para contar.

Resulta que me puse por meta (sin salga) tener la misma cantidad de aportes mensuales que días, y he fallado asquerosamente en ese sentido.

Y en otros tantos también.

Pero si ustedes fueran yo, se darían cuenta lo defécel que es ser mí, porque en estos días casi todos los trabajos exigen, como requisito excluyente, lucidez mental.
Por eso ando todo el día esforzándome en disimular mi estupidez.

Como será que mi jefe el otro día me dijo que si yo buscaba que él me tratara de boludo no lo iba a lograr, porque era tan boludo que no me iba a dar el gusto.

Que se yo, se me ocurrió pegarme.

La abuela? Bien gracias.

Por ahora no voy a verla por un tiempo debido a que ando con los ojos cerrados, quizás si algún día me pinta la reapertura óptica la veo… si es que sigue existiendo para ese entonces.

Entonces que?
No se, pero sigo con los ojos cerrados.

Sólo los abro para ver las cosas que me interesan.
Ahora… cómo se si algo me interesa si tengo los ojos cerrados, así que los mantengo abiertos hasta que encuentro algo que me interesa.

Para ser justo y honesto, sólo cierro los ojos cuando supongo que está por aparecer la abuela.

Los pavos no tienen moco, pero esto no es moco de pavo.
Esto de ser yo, quiero decir.
No es que me haga el no se qué, pero últimamente mi destino anda bastante saturado de cosas volátiles que no puedo asentar todavía.

Podría ponerme en poeta y decir que alguien ha pasado el plumero de la intriga sobre el mueble viejo de mi vida.
Pero como la poesía hoy no me cabe, voy a decir que ando como un gilaso que no sabe para donde apuntar y me tienen a los pedos todo el día.

Lo peor es que hay gente que quiere que solucione problemas que ni siquiera sabía que existían.
Pero deben suponer que tengo la solución.

O sea… esto no es un libro de matemáticas donde las respuestas estaban al final del libro.
O la revista SEMANARIO que compraba mi tía que traía las palabras cruzadas al final, al lado de la foto de Sofovich de joven.

Ven? No es fácil, traté de avisarles.

Así que este blog es todo lo que me queda en la distancia de mi hogar.
Despojado de cualquier grado de lucidez a esta hora (y a todas las horas) y enojado con los problemas por no manifestarse ante mis ojos ignorantes.

Perdonen, no quieren estudiar por miedo a abrirse delante de la abuela.

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