Decididamente estoy huérfano de estado atlético.
Esta triste realidad deriva de mi actividad deportiva (jajaja “de ortiva”) de anoche. No sé por qué cuando me invitan a hacer deporte no me puedo negar.
Soy como una prostitua del deporte (ehh, mamá no leas esto… o bien: mamá, no leas esto) que no puede mantenerse afuera de la actividad aunque quisiera, aún sabiendo que estoy mal de mi cuerpecito.
Entonces hoy me levanté con dolores por todo el cuerpo. Les cuento: Dolores es una mina re gorda, y se había dormido encima mío… por eso la tenía en too el cuerpo.
Y aquí me hallo (como Mónica) en mi trabajo sufriendo de las contracturas post derroche habilidístico, teniendo que soportar el sufrir hasta partir del luguir en el que estir hoy.
Maldita rima mental, cómo no se reemplaza por una prima terrenal (Lo qué?)
Se dieron cuenta que cuando uno piensa una pelotudez, las otras vienen de la mano?
Bah, al menos eso me sucede a mí, o sea, viene después que yo… se entiende?
De todos modos, pensar cosas locas es natural para cualquier ser pelotudívoro, como es el caso de quien les postea y Fidel Castro, sólo que él lo aplicó en otras cosas.
Por el año de la reevolución (no es un error, está bien escrito) no eistían los blogs, sino Fidel debería haber tenido un sitio re grosso.
Bueno, seres, me voy porque estoy tecleando sin sentido y el piano no suena bien.
Voy a intentar con la guitarra.
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