El último domingo han sido las elecciones presidenciales en Argentina (Mi país y el del 99.99% de los lectores de este blog, supongo)
El clima del lugar en que me tocaba naufragar (o era sufra...?), era más bien relajado, sólo un anciano se quejaba porque no lo dejaban votar.
- "Señor, usted no puede votar, está muerto"
- "Pero, pedazo de pelotudo, déjeme votar"
Se acercó un policía...
- "Señor Sueiro, le pido que se retire y no moleste más..."
Siempre lo mismo con ese tipito.
En la fila de mi mesa había 3 personas, 2 perros y un duende azul francia.
Eso trajo tres pensamientos a mi cabeza:
1- Que los duendes no son todos verdes
2- Por qué dejan entrar un azul francia en argentina, y más siendo un duende irlandés
3- Cómo hacía el que estaba adelante mío para ignorar a una criatura tan detestable.
Nota: La criatura detestable era el hijo del señor, no era un duende y estaba azul porque se había atragantado con un caramelo de leche de esos gigantescos peligrosos para niños).
La nota de color la dió el desvanecimiento del niño, lo cual me hizo ganar un puesto en la fila.
Me tocó entrar...
A los 2 minutos de estar en el cuarto oscuro encontré la llave de la luz.. menos mal.
A los 3 minutos ya había salido...
- "Señor presidente de mesa, tengo una queja"
- "Cuál?"
- "Sobran boletas..."
- "Faltan boletas, querrá decir..."
- "No, sobran"
- "Se puede explayar?"
- "Mire, hay boletas de las elecciones anteriores"
En ese momento salta uno de los vocales de los partidos socialistas...
-"Son nuestros, como a cada partido le pagan 1 peso por voto, nos tiramos el lance..."
- "Ustedes no eran socialistas anticapitalistas?"
- "Si, socialistas, pero no pelotudos. Con las boletas que nos sobraron de las elecciones pasadas podríamos empapelar Mar del Plata"
Nunca voy a dejar de sorprenderme, de todos modos voté y volví a perder...
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