OTROS HIJOS TONTOS

martes, 2 de marzo de 2010

Cada tanto vuelvo...

Uno de estos días que pasó hace poco, miraba por la ventana de mi pieza cuando me sorprendí ya que no tengo ventana.
Permanecí perplejo un rato hasta que me di cuenta que no sólo había descubierta una ventana, sino que ni siquiera era mi pieza.
Allí recordé que me había acostado en la pieza de mi hermano porque en la mía no hay ventilador de techo, entonces se complica para que el techo se refresque.
Era una vista muy bonita.
Se veía el patio de mi casa, con los colores brillantes después de la lluvia, y la vecina de la casa de atrás cambiándose.
Muy buen culo.
A la izquierda un hornerito buscaba comida entre los trapos viejos que hay tirados en el fondo.
El tema es que no eran trapos viejos, sino mi abuela que se había resbalado en los charcos que la lluvia dejó en la galería.
De más está decir que los gusanos que encontró el hornerito eran las lanas de la abuela.
Gritaba mucho, pero se ahorró la depilación.
El tema es que para que el hornerito se confunda se tiene que dar una de dos opciones:

1- O la abuela tiene las lanas gruesas como lombrices
2- O tiene olor a tierra mojada o barro podrido en la argolla

En ninguno de ambos casos me gustaría ser el que le ande besando las partes.

Ah, no sabían?

Mi abuela todavía es sexualmente activa.
Al tener ano contranatura se le hace más fácil la degenración.
Aunque cuando su noviecito (un veterano del geriátrico de la otra esquina) le dice que le quiere hacer la cola, ella le dice que ya la tiene hecha… y de polietileno!!!

Lo malo de los días de lluvia seguidos por los de sol es que para los que tenemos algún pedacito de césped, el crecimiento se produce muy rápido.
Eso hace que cortarlo sea un embole porque a los dos días ya está crecido de nuevo, y con más fuerza que antes.
No hay nada gracioso en lo que acabo de decir pero me cabió el reclamo protestatario.

De repente me sorprendí mirando por la ventana, arrodillado en la cama, espiando a la vecina y me recordé a cuando tenía 18 años, edad en la que hacía lo mismo, sólo que en aquella época la vecina tenía 3 años, y tuve problemas con los padres de ella, los míos, la policía y una fundación de la cual no me acuerdo el nombre, pero que me trataba re mal.

Después de cansarme de mirar, me decidí a ordenar el placard y encontré cosas muy llamativas, pero no les cuento para obligarlos a que comenten y me pregunten…