OTROS HIJOS TONTOS

jueves, 13 de diciembre de 2007

Vengo volviendo...

Hace mucho que no escribía, así que vengo por acá para que después no digan que hace mucho que no escribo.

La semana pasada tuve un accidente ciudadano que me costó una lesión en el pie, y es muy poco recomendable.

Uno se siente afgano pidiendo ayuda en la embajada de EEUU, al estar tirado en el piso sin que ni un transeunbunte (¿?) se digne a tenderle una mano, quizás nadie tenía las manos recién lavadas como para necesitar tenderlas.


Caminé a los saltos hasta mi casa…

Bueno…

No creo que eso pueda ser posible. Uno camina o salta, pero no puede caminar a los saltos.

O sea…

Eso no es caminar, sino saltar, verdad?

Verdad.

Llegué a mi casa, con una sensación de abandono y abandono tal que me sentí como bajo el ala de un abandono doble.

Al otro día ni podía mover el pie, no podía siquiera pensar en pisar, y de sólo mirarlo me dolía, así que tuve que recurrir a un señor que me estirara los nervios amontonados.

Así es como ahora, si bien me sigue doliendo el tobillo, mido 2 metros 30. Supongo que al pelotudo del vejete se le cruzaron los términos de “estirar” con “estirar”, si bien son iguales, no se le deberían cruzar.

De todos modos de esto ya pasó casi una semana, y la cosa va mejorando de a poco, por si les interesa.

DICCIONARIO APACHE (Volvió después de tanto tiempo)

INTERESA: Dícese de cuando una fémina de nombre Teresa está adentro de algo.


Miren, les muestro mi luz, síganla y llegaremos todos juntos al retrete del universo…

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