OTROS HIJOS TONTOS

miércoles, 2 de mayo de 2007

La necesidad hace al hombre...

Hoy iba a postear sobre otra cosa, pero cuando me levanté cambié de idea, y me volví a acostar.

Camino al laburo (porque yo posteo en el laburo), se me ocurrieron mil cosas, en cada esquina encontraba una historia para contarles hoy, y lo peor de lo que acabo de decir, es que es una mentira absoluta.

Compungido y sin ideas, me entregué al relax propio de toda meditación a la espera que los duendes de la inspiración visitaran mi mente; hasta que de repente un estruendo de creatividad despertó mis sentidos.

En otras palabras, me estaba rascando los huevos, y me rajé un sonoro (pero no menos efectivo) pedo, que me recordó que estaba mal del estómago.

Si fuera por mi experiencia, empanadas y asado serían como agua y aceite en el estómago.

En realidad, me cayeron pesadas las empanadas.

Vieja de mierda! Dejar a descongelar las empanadas freezadas en el borde del balcón, me cayeron como piedra (uy), pero el asado me terminó de complicar.

Dicen que cuando el carbón no está bien prendido te hace mal, debe ser que al que usaron le faltaban los abrojos porque me desprendió las ganas de comer.

Sinceramente les confieso que los malestares estomacales me parecen lo peor que inventó el hombre para sentirse mal, es una sensación fea de “no salgo porque me cago en la esquina”, mezclada con “tengo más hambre que africano vegetariano”.

Lo peor de todo es que ambas son ciertas, uno tiene hambre y cuando se confía en su recuperación, y decide salir, las alertas fluvial/intestinales empiezan a sonar. Pero no suenan enseguida, suenan exactamente a mitad de camino, o por lo menos en el punto exacto en el que falta mucho para llegar a destino, y ya no hay tiempo de volver.

A aquellos en los cuales se caga el destino, ni siquiera un baldío les salva la encrucijada.

Y allí va uno, con su orificio del recto apretado como huevos con pantalón elastizado, mirando para todos los costados en busca de ayuda.

Lo malo es que la caca, es lo único que no se puede hacer en la calle, sin quedar absolutamente denigrado y marginado de la sociedad. Hasta a los que vomitan por estar 150% borrachos se les concede un pensamiento tipo “Pobre, que pedo tiene!”

Y así, nada, debería existir un gremio para los que tenemos ganas de cagar en las calles, no sé, me vino a la cabeza, estoy sangrando, un protector por allá por favor, y salió el guardaespaldas, pero la dejó a Witney varada y ella salió a comprar un poco de merca…

Show me the money… (Espectacúlame el dinero…)

Y así me voy por ahora, voy al baño y vuelvo y me leo esto impreso para enseñar con el ejemplo.

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