Siesta agitada la que acabo de vivir.
Puede ser una frase de una canción de Serrat, pero es la (triste) realidad.
El otro día un amigo me hizo ver que la realidad era real; y la verdad, verdadera. Raro fue descubrir que la rareza no es rara ni la primavera, primera o la verdulera verdura.
Que se yo, salió así y lo teclié.
Resulta que venía camino al trabajo y me chocaron el auto.
Fue bastante extraño (aunque no extraño a nadie) porque yo ya estaba parado en el semáforo y un auto me embistió de atrás.
2 aclaraciones.
1- No estaba parado arriba del semáforo, sino en la calle
2- “Embestir” no le hace honor a la animalada que hizo ese Shrek al volante.
Después de una discusión que no fue discusión (ya que yo lo puteaba y él me daba la razón), me fui con los datos del sujeto sujeto (porque lo llevaba atado) a la comisería (como diría mi madre) a hacer la denuncia.
- “Me acaban de chocar, quiero hacer la denuncia”
- “El que toma la denuncia viene a las
- “Pero yo necesito hacerla ahora”
- “Va a tener que venir después de las
- “Pero… y si alguien viniera a denunciar un robo o un asesinato?”
- “En la jurisdicción de esta comisaría, está prohibido robar o matar antes de las
- “De chocar no dice nada?”
- “Nada.”
- “Deberían agregarlo”
- “Tiene razón”
- “No, se me terminó hace 2 meses”
- “Quiere un poco?”
- “La verdad que me va mejor así”
- “Mejor que cuando?”
- “No, mejor que quien”
- “Y como?”
- “No, beba”
- “Es usted un gran aportador a la humanidad”
- “Andá a lavarte el orto contranatura”
Y me fui re caliente porque lejos de tomarme la denuncia, lo único que me tomaron fue el pelo.
La tristeza es esa forma de decir
Que la felicidad nos sobrepasa y
la somatizamos en lágrimas.
I AM A POET! (Soy un desodorante de ambiente)
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