No te pierdas la primera parte de esta apasionante historiaporque sino no vas a entender una goma.
¿Se acuerdan que una vez les conté sobre mi amigo gordo que no se veía el pito?
Bueno, vengo a terminar la historia, o al menos parte (no de partir, sino del otro partir) de ella.
Resulta que el gordo estaba en su casa, y le tocaron el timbre, a mi me sorprendió que se dejara tocar la teta así nomás, pero… es su pezón, él decide.
Era un cadete en una motito.
- “Qué buscás, pibe?”
- “Al dueño de casa”
- “Soy yo”
- “Ah, pero es de carne y hueso”
- “Ma vale”
- “Es que a mi me dijeron que acá vivía un gordo de mierda”
- “Sos gracioso, nene?”
- “Ehhh, no se ofenda, vine a traerle este folleto”
- “De qué es?”
- “De papel”
- “Me parece que me estás agarrando de boludo”
- “No sea tan sensible, es una clínica de rehabilitación, se lo manda Tamara”
- “Qué Tamara?”
- “Sostenela que se para…”
Y se fue.
Evidentemente lo estaba agarrando de boludo, pero lo pasado pisado.
Pisado también el cadete porque no vio que venía un camión de reparto de Coca (La bebida, la otra coca se reparte en bici…) y lo dejó estampillado al cemento.
Para el gordo un remisse (escrito en franhute), y antes de subir, nota con angustia que no pasa por la puerta.
- “Me puede ayudar?”
- “Qué querés que haga, que abra el techo?”
- “No, con alguien que me tironee del otro lado me las arreglo”
- “Mirá, mejor tengo algo que te puede ayudar con tu problema”
Metió la mano al bolsillo y sacó una cajita, dentro de la cajita había sobrecitos, y le entregó uno y se fue.
Abre, el gordo el sobre, y una tarjeta…
“ULISES
FLETES - TRANSPORTES DE CARGA”
Realmente indigestados de indignación, como indígenas indigentes e indisciplinados, indicamos al indiferente fletero indirigirse a la indirección de la indi clínica. (indi tremendo lo mío…)
El cartel de la puerta no era muy auspicioso.
“SOL DE CAMPO”
“CLÍNICA PARA GORDOS, PUTOS Y GOROS PUTOS”
En la entrada, había un portero por cada categoría de pacientes, y a mi amigo el gordo, lo confundieron con el patova de la entrada de los gordos+putos.
En realidad lo confundieron con el fitito en el que llega a trabajar el patova.
Tras maldecir a Dios y los Santos Evangelios escritos de puño y letra de San Lucas en Arameo, el gordo hizo de tripa corazón y se coló saltando el alambre.
¿Cómo hizo? Se preguntarán.
Se toma la tripa, se la deja secar 2 días, cosa que el relleno que tenga se termine de consumir, después se la embebe en sangre de chancho, se le mete un par de electro shoques, y listo, ¡Un hermoso corazón!
Esto fue aproximadamente hace 2 meses, el gordo ya debería haber salido de la clínica, pero se ha deazul (por no escribir demorado, porque me gusta más el azul que el morado).
Cuando tenga novedades les cuento…
1 comentario:
No se por qué, pero a ese gordo me lo imagino como un ex-amigo. No voy a dar su nombre, pero es el mismo del indio que interpretaba Laport en una novela. Seguro que es más fácil saltarlo que rodearlo.
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